La fachada del palacio, el cielo reflejándose en el “Parterre de L’Eau”, las nubes…Un feliz instante.
La verdad que me resistía a irme, me hubiese gustado haber tenido más tiempo para perderme algunas horas más por los recovecos más recónditos de aquel jardín.
¡Ya habrá ocasión!
Esta entrada fue publicada el 21 abril 2013 en 8:06 am. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de este feed RSS 2.0 .
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